Algunos piensan que existe una ética especial para los negocios, pero en realidad, la integridad no se divide en áreas: es una sola, y nos define en todo lo que hacemos. La confianza, el carácter y hasta la rentabilidad pueden construirse o desmoronarse según las decisiones que tomemos en esos momentos de presión. La pregunta es: ¿qué tan dispuestos estamos a mantener nuestros principios incluso cuando eso implique un costo inmediato?
Cuando se vive sin una visión clara, el riesgo es terminar atrapados en la rutina, con la amarga sensación de que todo carece de propósito.
¿Disfrutas lo que haces cada día? Muchos trabajan por necesidad, pocos por pasión…Pero, ¿y si tu trabajo fuera también una forma de expresar lo que llevas dentro? No se trata solo de a quién le rindes cuentas, sino de por qué y para qué trabajas.
We use cookies to analyze website traffic and optimize your website experience. By accepting our use of cookies, your data will be aggregated with all other user data.